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Hoy, 25 de noviembre, celebramos el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Desde el Síndic de Greuges queremos unirnos a todas aquellas personas, asociaciones y administraciones comprometidas con la concienciación y erradicación de esta lacra social. 

Es verdad que durante los últimos años hemos logrado avances legislativos. Sin ir más lejos, el 1 de agosto de este año entró en vigor en España el Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica, conocido como el Convenio de Estambul. Este instrumento define las distintas formas de violencia contra la mujer y exige su tipificación.

Y es que la violencia contra la mujer abarca multitud de actos, desde el acoso, a la violencia sexual, física y psicológica a manos de parejas y exparejas, sin olvidarnos del matrimonio forzado, la mutilación genital femenina o la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual. Todos ellos violaciones de los más básicos derechos humanos con graves consecuencias para su integridad física y mental de las víctimas.

A pesar de todos los esfuerzos realizados y avances conseguidos, nos queda aún mucho camino por recorrer. Todos, en las medidas de nuestras posibilidades, tenemos nuestra responsabilidad a la hora de combatir la violencia contra las mujeres, y especialmente las administraciones públicas que deben adoptar políticas y medidas trasversales de género, dotadas de suficiente presupuesto, que sean capaces de proporcionar una solución eficaz a este problema.

Hoy en día, me preocupa especialmente los niveles de violencia que soportan nuestras adolescentes y jóvenes. Las nuevas tecnologías y las redes sociales se han convertido en un instrumento habitual para perpetrar nuevas conductas violentas y de control entre las más jóvenes. Al igual que en otras pautas violentas, la detección precoz de comportamientos agresivos y las estrategias de prevención y la educación son imprescindibles para atajar la problemática actual. 

Por otra parte, hace unos días, con motivo de la Jornada que organizamos sobre derechos de los menores, tuvimos el honor de poder escuchar la inquietante experiencia de Helena Maleno, investigadora especialista en procesos migratorios. Con gran valentía, Maleno denunciaba cómo las  redes de trata se han postulado en los países de origen como una oportunidad para muchas mujeres y niñas de poder migrar. Y lo que es peor, que la trata para fines sexuales no existiría si no hubiera una demanda de mercado sexual. La falta de visibilidad de este problema, así como la ausencia de una Ley específica contra la trata/tráfico de personas, hace más difícil combatir esta forma de esclavitud. 

Para finalizar, nos gustaría recordar una cita de Kofi Annan, que dice:

La violencia contra la mujer es quizás la más vergonzosa violación de los derechos humanos. No conoce límites geográficos, culturales o de riquezas. Mientras continúe, no podremos afirmar que hemos realmente avanzado hacia la igualdad, el desarrollo y la paz.